Mientras en Europa estábamos concentrados en solucionar la “crisis de als vacunas”, en los círculos internacionales no dejaba de comentarse otra jugada de fondo: es que, tras la denominada “diplomacia de las mascarillas”, China estaba preparándose para donar millones de vacunas a decenas de países en todo el mundo.
No es raro. Al fin y al cabo, China fue uno de los primeros países en tener vacunas aprobadas y, mientras celebrábamos que Reino Unido estaba poniendo las primeras vacunas, en el gigante asiático ya habían vacunado a más de un millón de personas. Es más, hoy por hoy, las dos vacunas chinas se cuentan entre las más usadas del mundo.
Sin embargo, cuando miramos las cifras del gigante asiático, algo no encaja. Pese a su supuesto poderío biotecnológico, las cifras de vacunaciones son muy bajas. ¿Qué está pasando en aquel rincón de Extremo Oriente?